// Las jugadas más bellas del fútbol americano tienen que ver -a mi parecer- con movimientos armónicos de la línea ofensiva. La mayoría de los fanáticos normalmente se fija en el QB o en los corredores y pierden el deleite de ver el trabajo de los linieros. Hay una jugada en especial donde bloqueos diagonales «esconden» un movimiento lateral y por detrás a cargo del guard ofensivo, quien toma por sorpresa a un jugador de la defensiva que no esperaba ser bloqueado de esa manera. Se le llama trampa, pues se confunde a la defensiva y especialmente a ese jugador que casi siempre cae en el engaño. //
Al ver el cuadernillo diabólico aparecieron en mi mente decenas de imágenes que ahora me provocan una sonrisa, pero que en esos años me impresionaban. Comparto un par:
Rafael B., compañero de segundo o tercero de primaria, detentaba un talento artístico excepcional. Sus dibujos de ciencias naturales eran asombrosos, tanto por su creatividad al convertir una hoja en blanco en un mapa espectacular, aún para el cartógrafo más reconocido (así lo decía la Frau Trujillo), como por el magnífico contraste que lograba al asentar los colores emanados de esos involvidables lápices de madera. Pero su talento no se limitaba a los mapas o a dibujos. No. Combinaba este talento, con su poco interés de realizar las tareas, que le provocaba recados continuos en su Aufgabenheft. Y ejecutaba la firma de su madre con maestría. Me dejó helado el día que lo vi firmar un recado con el temple que solo un artista posee. Y otro recado, y otro. El clímax fue cuando presencié cómo se calificó uno de sus dibujos, simulando el 10 con caligrafía idéntica a la de la maestra, con todo y el círculo característico y único. Bueno, no tan único, después de esa ejecución. Volteó a verme y sonrió. Mi tocayo Bastón.
// Antes de la segunda, otra de americano. Cuando estudiaba la carrera en el TEC, también era coach de los QBs del equipo de la Juvenil AA y mandaba las jugadas de la ofensiva. Por cierto, siempre me gustó apegarme al «librito». El responsable del programa de americano era el famoso y reconocido Pibe Vallarí, quien nos compartía su gran sabiduría y sobretodo su filosofía acerca del juego. Insistía en que lo primero era establecer un par de jugadas directas y claras. Nunca basar el plan de juego en engaños o jugadas secundarias. Es decir, concentrarnos en la ejecución de jugadas básicas y en el momento oportuno (pocos), hacer «trampas» o engaños. Muy lógico su argumento, pues ¿qué trampa puede existir en un desempeño basado en el engaño? Hay que generar una imagen de «recto» primero, para después llevar a cabo irregularidades con efectividad. //
Uno de esos días de la primaria en que cursaba el tercer grado olvidé una tarea. Lo que me mereció uno de esos recados malditos. Por supuesto que yo no tenía ni el arte de Bastón ni su frialdad. Menos a mis ocho años de edad. Pero tampoco quería entregar el recado a mi mamá. Así, se me hizo muy fácil comprar otro Aufgabenheft. Estaba por acabarse el anterior y simularía que estaba empezando uno nuevo. Puse las fechas de la semana, como siempre lo hacía con los nuevos y hasta copié las tareas de los días anteriores. Sin problemas. Cuando la maestra me pidiera el cuadernillo, le entregaría el nuevo, limpio y puro. Sin anotaciones en rojo. Ya en mi casa, por la tarde, con todo perfectamente planeado, empezó a quemarme en las manos el cuadernillo anterior, que contenía esa nota roja delatora de mis olvidos. Lo escondí primero bajo el colchón, después busqué meterlo en el clóset, en el cajón del buró y en el de la cómoda. Pero no parecía encajar en parte alguna: lo descubrirán, ¡me descubrirán! Así, opté por deshacerme definitivamente de él. Lo doblé a la mitad y a la otra mitad. Ahora sí no había retorno; ya estaba completamente arrugado. Ni cómo enderezarlo. Salí a la terraza y con decisión lo lancé hacía el terreno de atrás de la casa.
// Cuando era jugador en la juvenil AA en 1989, anotamos muchas veces con una jugada de engaño: 32 pase, en la formación I profesional. Con spiner y leyendo al saftey medio. Era una dicha mandar el pase al abierto que ejecutaba perfectamente una escuadra adentro a 15 yardas. Los LBs nunca llegaban, pues se clavaban con el engaño de carrera. Claro que esta jugada se sostenía al amparo de la 32 poder, que nos dio muchas yardas por tener una línea ofensiva disciplinada y ambiciosa al cargar, así como un FB fuerte y un HB elusivo y rápido. Este pase además del engaño con el HB, tenía un detalle bellísimo: el guard derecho salía de trampa larga a bloquear el posible blitz del ala defensiva. Por supuesto, la instalación técnica de esta jugada estaba a cargo del Coach Jorge Carriles. Uno de los mejores entrenadores que han existido en México; formador de jugadores y sobretodo de personas. //
Justo al lanzar el cuadernillo, me di cuenta que la ejecución había sido deficiente. Se abrió cual abanico y perdió velocidad en el instante. No alcanzó a superar la reja y rebotó contra el alambrado, para irse directamente al patio de abajo. Justo afuera de la puerta abierta del antecomedor, donde mi mamá ayudaba a mis hermanas con su tarea. «¿Qué haces Rafa?», me preguntó al salir y encontrar el cuaderno en el suelo, abierto: presentando el motivo del delito. Del engaño que nunca fue. De la trampa malograda.
_______________________________________________
Notas:
- Siempre fui un estudiante honesto. Tal vez por ello, la ejecución de este intento de trampa mostró mi falta de pericia. Desde ese día preferí hacer mis tareas o enfrentar mis consecuencias, en lugar de desarrollar habilidades indeseables para la educación que me dieron. Por cierto, es un valor de vida que mantengo hasta ahora.
- En contraste, existe un juego maravilloso, que permite y exige que se practiquen los dos tipos de jugadas: las honestas y apegadas a la expectativa; así como los engaños, las trampas que ejecutadas con maestría provocan que nuestro espíritu (sí el deportista, pero también el de la pasión por el arte) explote, celebrando con júbilo estas jugadas maravillosas.
- Pero hay personas que en el juego de la vida también buscan llevar este arte a su realidad. Como delincuentes de calle o de cuello blanco. Como mentirosos que engañan y se engañan al no respetar sus acuerdos o sus valores: profesionales, personales o de pareja. Hacen trampa y se hacen trampa. Me parece que en este ámbito no es válido. Para eso, inventamos los juegos. Las trampas: esas que se celebran animada e ingenuamente cuando no causan daños de ninguna índole.
Filed under: Jueves ordinario, Vida escolar | 14 Comments »