Estábamos entrando a la adolescencia. Nos reuníamos todas las tardes. Además de primos, vecinos. En la calle. Jugábamos tochito o simplemente lanzábamos piedras hacia los lotes baldíos. Platicando y lanzando. «A ver quién la llega a la calle de abajo», después de un movimiento rápido salían a toda velocidad tres piedras. Con mis dos primos: uno dos años más, otro uno menos. Sí llegaban. «A ver quién le da al árbol»: y salían las piedras hacia su destino. «Ahora a la barda de la casa»: y ahí iban. Había mucha grava y con ella piedras ideales para nuestro inocente entretenimiento. «Ahora a ese otro árbol…. ahora …» y así -una de esas tardes- rompimos una ventana de una casa en construcción.
// «No hay dos crisis económicas idénticas», señala una reseña escrita por Jac Depczyk acerca del libro «Animal Spirits» publicado el mes pasado, sin embargo siempre emergen las mismas tres preguntas: ¿Cómo nos metimos en este desastre?, ¿cómo podemos salir de él? y ¿cómo evitamos caer en una situación similar? Los autores del libro son dos connotados economistas norteamericanos: George Akerlof y Robert Shiller. //
Hubo un intento tímido de festejo al ver primero y escuchar después cómo se rompía el vidrio. La ventana no era muy grande y bien a bien no estoy seguro (incluso ahora a más de 25 años de distancia) que nuestra intención hubiera sido romperla. No tardó en salir el velador de la casa, acompañado con señas y gritos de reclamo. Casi de inmediato empezamos a caminar calle abajo. «Vámonos de aquí». No tardamos en empezar a trotar, pasamos frente a mi casa y de pronto ya íbamos corriendo hacia la casa de mis primos. Detrás de nosotros venía el velador y de lo que sí estoy seguro es que no teníamos intención alguna de que nos alcanzara.
// El título del libro es una alusión clara de una frase acuñada por el legendario economista británico John Maynard Keynes. Estos «espíritus animales» se refieren a las expectativas irracionales que adoptan los entes económicos, particularmente las referidas a la confianza del desempeño de la economía y las finanzas. Este concepto aparece en su famosa obra publicada en 1936: «La Teoría General de la ocupación, el interés y el dinero», donde afirma que el impulso que está detrás de este comportamiento es la preferencia espontánea por la acción sobre la inacción, más que una estimación racional basada en herramientas probabilísticas. //
Mi primo más grande buscó llevarnos hacia la torre de luz, contigua a su casa, para escondernos ahí: subió al terreno baldío gritándonos con desesperación, pero ignoramos su estrategia y seguimos -los dos más pequeños- en dirección a su casa. Al ver que no le hacíamos caso, bajó a toda velocidad lanzándonos un par de improperios. Tocamos el timbre y muy rápido nos abrieron la puerta. Nuestro perseguidor lo vio todo. Pero no nos importó en el momento, pues ya estábamos a salvo y además con claras instrucciones de que no abrieran la puerta.
// Los autores dividen los espíritus animales en cinco tipos:
- Confianza. Referida a la estimación irracional sobre el precio de una acción empresarial, sin importar su capacidad de producción y generación de valor.
- Equidad. Aunque los economistas conocen su importancia, la mayoría la ignoran.
- Corrupción o mala voluntad. Es lo que explica los casos como Enron.
- Ilusión monetaria. Ignorar la inflación y sus efectos, principalmente cuando su tasa es baja
- Historias. Los economistas suponen que las personas son suficientemente irracionales como para creer en tendencias permanentes; como la referida a que los precios de las casas nunca bajarían.
Por lo tanto, los modelos no contemplan las consecuencias de estas creencias incorrectas sino hasta que ya es demasiado tarde. //
Un día después, casi toda la familia se enteró de que habíamos roto la ventana. El velador estuvo tocando unos minutos y al ver que nadie abría, decidió regresar al día siguiente; por la mañana. Le reclamó a Sole, una muchacha que trabajó muchos años con mi tía, y por ahí se descubrió todo. Cuando nos pidieron explicaciones no solo no pudimos contestar la razón por la que rompimos la ventana, sino el porqué no enfrentamos las consecuencias de inmediato. En esos días me atormentaba al imaginar que de haber seguido a mi primo mayor nos habríamos ahorrado el regaño. Nunca me pasó por la mente que lo que habría evitado el regaño estaba más en la inacción: en no haber lanzado la piedra.
// El libro «Animal Spirits: How Human Psychology Drives the Economy, and Why It Matters for Global Capitalism» busca demostrar cómo el poder de las fuerzas psicológicas determina la riqueza actual de las naciones. El postulado principal es la necesidad de una participación activa por parte del gobierno para canalizar correctamente estos «espíritus animales». Es claro que el ser humano va a actuar (vamos a lanzar la piedra una y otra vez), por lo que es necesario que existan políticas económicas efectivas para salir de la situación actual y -sobretodo- evitar que caigamos nuevamente en una crisis similar. //
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Notas:
- Nuestra tendencia a la acción nos impulsará a tomar las medidas necesarias para salir de esta crisis. El arranque inicial dependerá de la efectividad en la instalación y difusión de las políticas económicas que soportarán el nuevo crecimiento, pero la velocidad tendrá que ver nuevamente con nuestros espíritus animales.
- Casi sobra señalar que no habrá política económica suficientemente efectiva para que en un futuro (una vez de que logremos un crecimiento sostenido) no caigamos en una nueva crisis. Los espíritus animales serán -en opinión de estos autores- nuevamente los responsables
- Puede encontrarse la presentación del libro en Princeton University Press.
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