Jueves ordinario: la familia michoacana

Este martes se llevó a cabo un operativo antinarco en el que se capturaron a funcionarios del gobierno del estado de Michoacán, incluyendo a diez presidentes municipales. A continuación algunos testimonios y noticias que se explican por si solos.

Miércoles 27 de Mayo de 2009

19:30. El secretario de gobernación, Fernando Gómez Mont, explicó al gobernador de Michoacán, Leonel Godoy Rangel, que la información de los operativos para capturar a diez alcaldes y diecisiete funcionarios estatales tuvo que ser reservada para correr menos riesgos. «Hoy por hoy, señor gobernador, es la explicación que respetuosamente le ofrece el gobierno federal frente a los reclamos que usted ha hecho», comentó.

19:21. La senadora demócrata Dianne Feinstein y el nuevo «zar» de la frontera, Alan Bersin, aplaudieron el arresto de diez alcaldes del estado de Michoacán por presuntos vínculos con el narcotráfico, y pidieron fortalecer la cooperación bilateral en el combate a las drogas.

18:46. Andrés Manuel López Obrador opinó que «es una acción espectacular e irresponsable del presidente de México, Felipe Calderón, con la deliberada intención de favorecer a los candidatos del Partido Acción Nacional en las próximas elecciones».

17.25. El gobernador de Michoacán, Leonel Godoy Rangel, rechazó sentir temor de poder ser involucrado con el crimen organizado, toda vez que cuenta con principios y un proyecto incompatible con la delincuencia.

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17:16. El coordinador de los senadores perredistas, Carlos Navarrete, pidió al ejecutivo federal a no caer en la tentación de utilizar el combate al narcotráfico como un instrumento electoral y señaló: «No me parece que sea el mejor procedimiento para realizar un operativo en Michoacán, y después informar al gobernador».

17:10. “Acciones como ésta son muestra de que hay un presidente de la República que está decidido a dar el combate frontal a la delincuencia organizada”: German Martínez, presidente del PAN.

16:45. “Diseñaban funcionarios logística de La Familia”: testigo protegido según documentación difundida a los medios sin pruebas de autenticidad.

16:15. “Roma corona al mejor equipo del mundo”: portada de El País. “El Barça ha dado esta noche una lección magistral de fútbol en Roma, donde ha batido con autoridad al Manchester United de Cristiano Ronaldo sin renunciar a los principios que le han encumbrado al olimpo del fútbol. Eto’o y Messi brillaron con dos goles que sepultaron cualquier sueño de remontada para el conjunto de Ferguson”.

15:50. «El PRD no será tapadera de nadie»: Ortega

15:21. Operativo fue «legal, pero políticamente incorrecto»: PRD

13:54. El Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el gobernador de Michoacán, Leonel Godoy, demandarán al presidente Felipe Calderón un común acuerdo para combatir al crimen organizado. Esa fue una de las conclusiones a las que llegaron los perredistas luego de una reunión de más de tres horas en un hotel de la Ciudad de México, informó Reporte 98.5.

11:49. El secretario general de Gobierno de Michoacán, Fidel Calderón Torreblanca, aseguró que ni él, ni el gobernador Leonel Godoy Rangel, habían percibido situaciones anómalas en su equipo de trabajo.

10:40. El jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, respaldó la detención de funcionarios de Michoacán presuntamente vinculados con el narcotráfico, pero señaló que el operativo debió coordinarse con el gobernador Leonel Godoy.

10:13. Diputados federales del Partido Revolucionario Institucional (PRI) demandaron que la detención de presidentes municipales de Michoacán, presuntamente vinculados con el narcotráfico, no se use con fines electorales.

9:09. El vocero de la Procuraduría General de la República (PGR), Ricardo Nájera Herrera, afirmó que el gobernador de Michoacán, Leonel Godoy, sí fue informado sobre el operativo en el que ayer fueran detenidos diez alcaldes, diecisiete funcionarios y un juez de primera instancia por supuestos vínculos con el crimen organizado, específicamente con La Familia Michoacana.

 

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Notas:

  1. Las fuentes son de los periódicos Excelsior, El Financiero, Milenio, El Economista, El País y La Jornada, en su versión de Internet.
  2. El tono de la discusión de este operativo gira en torno a la política y a las elecciones, no alrededor de la seguridad y de los ciudadanos. Como sociedad, no debemos perder de vista estos factores, pues las señales que nos envían los gobernantes son de fondo: no les interesamos.
  3. El miércoles por la mañana un connotado periodista, Sergio Sarmiento, sugirió en su comentario diario que este operativo fue diferente al efectuado en Morelos, donde el gobernador es panista. Incluso al entrevistar al vocero de la PGR alrededor de las ocho de la mañana le preguntó directamente el por qué de esa diferencia. Ignoró la causa real del operativo y los impactos en la sociedad, lo que es muy raro en alguien tan objetivo y profundo como Sarmiento.
  4. El tono en que los medios han manejado esta noticia ha sido, igualmente, alrededor de la política y las elecciones: ¿tampoco los medios nos ven?
  5. Busqué y busqué (pero no busqué bien a la mejor), pero no encontré alguna nota que evaluara el impacto y la utilidad de este tipo de operativos. Habría que responder algunos cuestionamientos: ¿Es correcta la estrategia que está siguiendo el gobierno al enfrentarse directamente con el crimen organizado? ¿La relación costo – beneficio de estas acciones son favorables para la sociedad? ¿Los ciudadanos debemos participar de alguna manera en estas acciones o continuaremos siendo simples espectadores?
  6. Como sociedad, debemos incorporar a nuestras pláticas de sobremesa (sólo por señalar un espacio de convivencia) los cuestionamientos del inciso anterior, en lugar de seguirle el juego a los políticos. Debemos, me parece, demandarle a los medios que se analice a fondo este tema de seguridad, que –aunque algunos pretenden ignorar- afecta directamente cómo vivimos y sobretodo es un riesgo latente para nuestras familias.
  7. Tal vez lo vemos lejano, porque (según dicta la creencia popular) “mientras no te metas con ellos, ellos no se meten contigo”. ¿En serio? ¿Nos creemos que la familia michoacana no tiene nada que ver con nosotros?

Jueves ordinario: el replanteamiento

En esta semana, el presidente de México, Felipe Calderón, señaló que -en cuanto a la seguridad- se realizarán los replanteamientos que sean necesarios. Y tiene razón. Es claro que el primer intento no ha sido el más afortunado, sobretodo si uno de los indicadores de éxito es el nivel de violencia del país. Algunos señalan que este costo debemos pagarlo como sociedad para desmantelar las redes tan arraigadas que se tejieron alrededor del crimen. Pero otros afirman que el costo no solo no debemos asumirlo, sino que es absurdo tratar de desmantelar algo que vive dentro de nuestros huesos. Lo primero, implica combatir de frente al crimen organizado; lo segundo, negociar con ellos. ¿Qué conviene? Escuché el otro día un comentario que señalaba que es mejor que las drogas lleguen a nuestros hijos, en lugar de los secuestros o delitos con violencia; que contra las drogas la familia puede defenderse con campañas de prevención continuas; y que contra lo segundo no hay mucho que hacer, que no sea lo que ya venimos haciendo desde hace mucho tiempo: vivir con miedo.

¿Alguien recuerda cuando, al llegar a un alto, manteníamos la ventana abierta? No hablemos ya de que jugábamos en la calle hasta que anochecía, porque eso parece ya una leyenda urbana de la que, bien a bien, nuestros hijos nunca sabrán si fue verdad. En automático, subo la ventana cuando llego a un alto; ya desde hace varios años. Una vez en un alto en el centro, intuí que un señor se me acercaba: subí la ventana y de pronto tenía a un drogadicto tocando en el vidrio con fuerza. Ni lo volteé a ver; era pacífico al final de cuentas y no pasó de un alertamiento. «Ten cuidado», es una recomendación que utilizamos en toda la expresión de su sentido y de nuestro deseo. «Que no te pase nada», parecemos rezar. Eso hacía de niño en la mañana: «Gracias, Dios, porque amanecí. Te pido que cuides a todos los que quiero»; en la noche: «Gracias porque no paso nada … sigamos así». Y encomendarme a una divinidad sanaba mi espíritu; así, de niño, sabiendo que había algo más, mucho más grande que mi individualidad. Ahora (alejado aparentemente de rezar) recurro a pensamientos similares cuando deseo (¿pido?) con toda mi alma que no nos esté pasando algo malo. Nos encomendamos a la fortuna; nos ayudamos con algunas prevenciones, pero la fortuna está jugando su partido. Que los dados nos favorezcan, sabiendo que desfavorecen a alguien ahora, mañana, siempre, ¿siempre?

Esta misma semana los protagonistas de la sociedad que encabezan los movimientos contra la delincuencia se hicieron escuchar con el presidente y a través de la prensa. Una declaración que me provocó poca esperanza fue la siguiente: «El gobierno es parte del problema, no de la solución». Lo dijo Martí y sugiere que la sociedad lo resolverá; si es que alguien lo resuelve, añado. Una joven con cuatro dedos mutilados habló en Los Pinos, pidiendo que hagamos algo. Un señor comete un autorobo dentro del Aeropuerto de la Ciudad de México. Por señalar solo las noticias de hace unas horas. La cereza es la aparición de «El Chapo» en la lista de multimillonarios de Forbes. ¡Qué locura! Yo voy y vengo al trabajo, del trabajo. Trato de cuidarme y cuando aparece una interrupción en mi mente hacia mi familia y amigos, rezo; tal vez creo inconcientemente que ese deseo de espíritu los protege.

El ejército está tomando las funciones de las policías municipales en ciudades con el mayor índice de violencia. Alguien me decía el fin de semana que los permisos para comercios en esas ciudades requieren dos autorizaciones: la del municipio y la del poder paralelo. Muchos negocios son extorsionados y exigen pago por seguridad; algunos empresarios han optado por cerrar y otros se han quedado y al negarse a pagar han visto cómo son saqueados y destruídos sus locales. Es verdad que pasa en pocas ciudades del país, pero el sabor de la inseguridad está por todas partes. Una desafortunada declaración de un funcionario estadounidense sugiere que México es un estado fallido; días después el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anuncia que vendrá próximamente, al igual que Hillary Clinton, Secretaria de Estado de nuestro vecino gigante, quien viene para revisar el esquema de cooperación y a definir qué acciones faltan de acuerdo a las prioridades del nuevo gobierno.

Así, mientras los grandes planes se replantean o se refuerzan, sin saber realmente qué beneficios tendremos en el corto plazo, es necesario que en lo individual, en lo local tomemos previsiones. Comparto los tips de seguridad que publica México Unido en su página web, respecto al Automóvil:

  • No uses audífonos ni celulares mientras vas manejando; debes poner los cinco sentidos en la forma en que conduces y lo que sucede a tu alrededor.
  • Si tienes un modelo reciente o de lujo, no hagas alarde de ello.
  • Trata de ser amable con los demás conductores.
  • No les eches el carro ni a los peatones ni a los demás automovilistas.
  • No des aventones ya que pueden estar asociados con un secuestro, inclusive llevado a cabo por mujeres muy guapas.
  • Sólo acepta aventones de gente conocida.
  • No lleves la música a todo volumen, además de no permitirte escuchar lo que pasa a tu alrededor, llama demasiado la atención.
  • Cuando llegues a algún lugar no te quedes platicando en la calle.
  • Procura tener siempre las llaves guardadas y contigo.
  • Nunca dejes las llaves de tu casa en tu automóvil
  • Utiliza los espejos retrovisores y observa los movimientos de los demás automóviles; si sospechas que te siguen, prueba una ruta alterna para verificarlo. Si lo confirmas, aplica tu «plan de escape» y dirígete a un lugar seguro.
  • Obedece el Reglamento de Tránsito, así te evitarás muchos problemas innecesarios.  

Hay más tips, respecto a extorsiones, secuestros, calle y demás orientaciones. Vale la pena revisarlo. La introducción a los tips señala: «En el supermercado, el automóvil, en la calle, al llegar a nuestras casas, en nuestro trabajo; la inseguridad está en todos lados y la situación no va a cambiar por arte de magia. Los ciudadanos debemos tomar conciencia de la magnitud del problema y denunciar los delitos, pero -simultáneamente- debemos tomar medidas para evitar ser víctimas.»

En la cintilla superior de la página puede leerse en este momento: «Han pasado 108 días 23:41:25 desde la evaluación del Acuerdo Nacional por la Seguridad, la Justicia y Legalidad»

Regresando. El compromiso (natural a todo gobierno) no solo de éste que parece más involucrado con el combate a la delincuencia deberá alimentarse continuamente; en revisión de su estrategia, tragos amargos en su táctica; golpes por traiciones. El ánimo no debe caer; desde el gobierno, sí, pues es su obligación, pero también impulsado por la sociedad. Ya lo hacemos en otros ámbitos: hoy mismo estamos enfrentando una crisis económica de un tamaño descomunal y -casi inconcientemente- vamos replanteando nuestras estrategias y objetivos de negocio, sabiendo que debemos estar alertas para reaccionar y de ser necesario cambiar el rumbo. Y al mismo tiempo, alimentando diariamente nuestra motivación y la de los equipos con los que trabajamos. El reto en esta época es mayor: tenemos dificultades de inseguridad y también de incertidumbre económica. Replanteemos y accionemos hasta dar en el clavo. No hay otra opción.

Jueves ordinario: el asalto

“Tu amigo se parece a un carnal que anda buscando la pandilla de ‘Los Ocaranza´”, me señaló uno de los dos tipos que nos abordaron en el cruce de Periférico y Barranca del Muerto. Minutos antes nos habíamos bajado del camión que tomamos desde Cuemanco. Veníamos de entrenar. Era el verano de 1985 y teníamos 14 años. Un poco ingenuos -Julián y yo- nos volteamos a ver. “¿De qué hablan estos güeyes?”, nos comunicábamos sin decir palabra. “Mejor nos acompañan”, dijo el otro y continuó: “Vamos a meternos por la otra calle y los protegemos”.

Unos años antes, veía en casa de mi tío Marcos una entrevista televisiva que le hacían al padre de un niño recientemente secuestrado y asesinado. Con una pistola en la mano, el señor agraviado afirmaba que como el gobierno no hacía su trabajo de seguridad, él tomaría esa responsabilidad para proteger a sus hijas. Me parece que su apellido era Arizmendi. Tenía unos once años y visualizar la escena me impresionó muchísimo. El niño en cautiverio, atrapado y sin poder hacer nada contra esos maleantes; el padre de familia tratando de conseguir el dinero que le exigían, fuera de sus posibilidades; y al final, la muerte de un niño de mi edad. Había sido compañero de escuela de mi primo. Quedé marcado.

Tardamos unos segundos en darnos cuenta que nos estaban asaltando. El factor que nos confirmó nuestra sospecha fue el cuchillo que nos enseñó uno de los maleantes. Venían en bicicleta. “¡Acompáñenos! Sin panchos para que no les pasa nada”, ordenó. “Los estamos ayudando”, complementó el otro. Entramos por la calle de Andes y doblamos a la derecha en Alpes. En la esquina que forma la calle, nos sentaron en la banqueta y empezaron a revisar nuestras maletas. Cascos, hombreras, tacos, tenis. Todo. Nos temblaban las piernas y lo único que queríamos era irnos de ahí. Las carteras también. Se subieron a sus bicis con las maletas al hombro, no sin antes dejarnos 10 pesos para el camión y un par de tenis: “Para que no se vayan descalzos”, gritaron y se escabulleron con una sonrisa en el rostro.

Hace unos días tuve imágenes similares. Un niño en cautiverio. Un padre desesperado y un desenlace fatal. El sentimiento de frustración y coraje –aunque compartido con millones de mexicanos- no se compara con el de dolor y sufrimiento de la familia. Ni de cerca. Pero existe empatía, apoyo moral, indignación. “Pinche gobierno tan corrupto y tan inepto”, me viene a la mente. La combinación, por cierto, es explosiva. Y fatal para nuestra sociedad. Que se fractura con este tipo de sucesos. Ya es un tejido de cooperación entre autoridad y delincuencia para agandallar a la ciudadanía. Nos chingan una y otra vez. Y nos dejamos. Ahí esta la frustración. No hacemos nada y parece que lo que podemos hacer es muy poco.

Salimos corriendo hacia la calle de Cóndor y nos subimos al primer camión que pasó por Camino al Desierto. Ya arriba, nos quitamos los tenis que nos quedaban chicos. “Hijos de la chingada”. “Pinches putos aprovechados”. “Cabrones de mierda”. Con los ojos llorosos y el vientre generando y consumiendo bilis. Pero salimos; no nos golpearon; no nos lastimaron. Solo nos asaltaron y no pasó más allá. Ya al día siguiente reconocíamos la fortuna con la que habíamos corrido. Nos entregaron otro casco y otras hombreras. Dos semanas consecutivas nuestros padres nos llevaron y recogieron, sin necesidad de usar el transporte público. No denunciamos el delito a las autoridades. No se nos ocurrió. Nadie lo propuso, por cierto. No era una opción.

Escuchaba hace un par de días el resultado de una encuesta radiofónica, en donde más del 80% de los ciudadanos hemos sido víctima de un delito en el último año. Directamente o a través de un familiar cercano. También que el 99% de los delitos quedan impunes. Y de los que procesan, un porcentaje elevado no se integra correctamente por el ministerio público. Es decir, 4 de cada 5 ciudadanos somos víctimas de delitos. Solo 1 de cada 100 delincuentes es procesado y además no es seguro que sea sentenciado a una pena de cárcel. Impunidad, corrupción, ineptitud. Esas son las características de la justicia en México: Impunidad, corrupción, ineptitud.

Estos días la prensa ha dado gran seguimiento a las propuestas existentes, tanto del ejecutivo (federal y estatal), como del legislativo. Se organizan mesas redondas, donde los expertos (?) opinan y dan sus puntos de vista. No nos aburriré con las ocurrencias iniciales de nuestros políticos, pues en este momento son ofensivas. Tampoco señalaré que el rating de los medios de comunicación se incrementa.

Lo relevante es lo que está haciendo la ciudadanía: Organizando una marcha que va creciendo en afiliaciones, tratando de hacer sentir su fuerza. Las voces de indignación y de reclamo al gobierno empiezan a fusionarse en una sola. Es probable (muy) que esta iniciativa no resuelva nada por si sola, pero esta unión espontánea genera un poco de optimismo. Ojala que sea un detonante para hacernos concientes que somos nosotros los que estamos a cargo, no un puñado de políticos mezquinos. Que somos nosotros los ciudadanos lo que podemos y debemos exigir cuentas. Entre nosotros hay mucho talento y también muchas ganas por hacer que el país cambie. Estamos a punto de hacer la primera conexión de la retórica con la realidad. Impulsemos pues esta iniciativa y levantemos la voz en diversos foros, buscando y proponiendo soluciones. Que en las sobremesas hablemos de qué podemos hacer como civiles para defendernos y para pedir cuentas. Que se genere en nuestro inconciente colectivo una preocupación genuina que se traduzca en vigilancia continua de la autoridades. Que traspasemos de la indignación a la acción inteligente. Que imaginemos un país diferente. Que lo pensemos posible. Y que –en consecuencia- empecemos a impulsar nuestros esfuerzos para perseguirlo. Y vivir (o morir como se quiera ver) intentando hacer realidad el sueño.

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Notas al margen:

  1. Las palabras altisonantes las dejo no como un grito de frustración solamente, sino buscando reflejar la manera en que utilizamos cotidianamente el lenguaje en nuestra sociedad. Desde niños, sin distinguir género, clase social, ni circunstancia especial.
  2. La marcha será el 30 de agosto de 2008 y el detalle puede encontrarse en http://www.iluminemosmexico.org.mx/
  3. Esta marcha se llevará a cabo en las principales ciudades del país y escuché hace unos minutos que también se llevará a cabo en Los Ángeles y en Chicago.
Las ideas de todos. Foro ciudadano de propuestas.

Las ideas de todos. Foro ciudadano de propuestas. http://www.lasideasdetodos.com.mx/

Jueves ordinario: la ineptitud

Entre los 15 y los 23 años de edad visité muchísimos bares y discotecas. Cientos. Desde las famosas tardeadas en el News del Pedregal hasta esos reventones de antología en La Cima o el Bulldog. Nunca participé en una riña y nunca me vi agredido por otras personas, ni civiles ni policías. Bueno, ni de cerca. ¿Cómo olvidar el Mecano ubicado en la Zona Rosa? Recuerdo que ahí nos mezclábamos jóvenes con personalidades muy diferentes y estratos sociales distintos. Con barra libre nacional y música electrónica que sonaba hasta la madrugada: varias veces partí de ahí pasadas las seis de la mañana. Sin problemas.

En esos años (finales de los 80s y los 90s bajos) los antros eran algo diferente a lo que se entiende hoy. Los denominados antros se asociaban con casas de citas y table-dance principalmente. Y no iban las niñas bien. Ni a golpes. Hoy, esta palabra se usa de manera indistinta: lo mismo para bares que para los demás. Y ahí en uno de estos «nuevos» antros, sucedió una tragedia muy lamentable el viernes pasado. En una tardeada. Los chavos estaban sobrios en su mayoría.

A menos de una semana las cosas parecen muy claras: la ineptitud de los mandos policiales locales es descomunal. Tanto, que un gobierno perredista es capaz de reconocer sus errores (así de evidentes son) y destituir a uno de estos mandos. Sobretodo, a través de la PGJDF, culpar al responsable del operativo de homicidio culposo. Hasta el delegado de la Venustiano Carranza ha pedido licencia para «no entorpecer las investigaciones», según sus propias palabras. Políticamente, el gobierno del DF está manejando las cosas razonablemente bien. Dando la cara el jefe del gobierno y también el procurador de justicia del DF. Parecen dispuestos a esclarecer todo el asunto y aplicar la ley.

12 personas murieron. Entre ellos 3 menores y 3 policías. Por supuesto, tanto los jóvenes como los policías son las víctimas de este evento increíble. La causa de este asunto, sin embargo, no se reduce a la ejecución inepta de un operativo. Por supuesto que no. Aunque la prensa se empeñe en profundizar en la superficialidad (¿es posible esto?). El origen está en la falta de capacidades de los gobernantes locales. Son expertos políticos, pero novicios en temas de gobierno. Grillos que no saben trabajar. Buenos para nada (como dice mi abuela). Charlatanes.

Cuando Marcelo Ebrard era el Secretario de Seguridad Pública del DF -en el sexenio pasado- fue incapaz de impedir el linchamiento de varias personas en San Juan Ixtayopan. Hace 4 años. Fue tan evidente la ineptitud del entonces SSP del DF que la destitución apenas fue protestada por el PRD. Reincide el señor. Y políticamente saldrá nuevamente avante.

La incapacidad del jefe de gobierno del DF es tan clara que incluso medidas tan sencillas como populistas tampoco puede llevarlas a cabo medianamente bien. Solo como ejemplo. Las albercas inflables que puso en diferentes puntos de la ciudad se poncharon a las pocas horas. O de plano había que cambiarles el agua por la suciedad increíble que provocaba su logística. Así como no le mete las manos a los asuntos críticos de la ciudad, tampoco fue capaz de meterle los pies a sus tristes albercas.

La gran pregunta es si esta ineptitud es evidente para todos los ciudadanos. Sinceramente no creo. Hay un grupo muy ciego de personas que pueden seguir viviendo del discurso populista y anacrónico de este partido político que ostenta el poder de la ciudad desde hace más de una década. Guiados por brigadas que venden sus ideales por 50 ó 100 pesos por plantón, marcha o desmán. ¿Qué sigue? Además del circo de la prensa y los perjuicios políticos para el PRD (y los beneficios para los otros partidos). Nada. No sigue nada. La cortina de humo que levanta nuestra ineptitud como sociedad de abordar estos asuntos, garantizará que no suceda nada más. Cuando menos, nada que signifique un cambio sustancial en la mejora de la policía o en el combate a la corrupción. ¿O en dónde está el problema? ¿También de esto es culpable el narco? No. Es simple y llana ineptitud. De gobernantes y también de la sociedad en su poca capacidad de exigir una rendición de cuentas efectiva.

Este jueves no hay lugar para optimismo.

 

Jueves ordinario: la ayuda

Ejército en operativo

«México mantiene una sangrienta batalla contra el narcotráfico que amenaza a sus autoridades, sin embargo, el tímido paquete de ayuda que propone la Administración de George W. Bush, y el cual se ha topado con obstáculos en el Congreso estadounidense, muestra que Washington no está tomando sus responsabilidades». El texto anterior aparece en el artículo editorial de The New York Times del 4 de junio de 2008.

El 22 de mayo pasado, el virtual candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Barack Obama, aseguró que la Iniciativa Mérida no dedica recursos suficientes: «Estados Unidos no puede ignorar el sufrimiento a nuestro sur, ni permitir la globalización de los estómagos vacíos». Durante un desayuno en Miami, se comprometió a destinar más recursos -de llegar a la Casa Blanca.

El Senado estadounidense aplicó candados a los recursos, anteponiendo los derechos humanos. Al respecto el zar antidrogas de la Casa Blanca, John Walters, señaló que: «Estos condicionamientos son contraproductivos y nos llevan a la derrota por sí mismos y arriesgan el sabotaje de esta oportunidad».

El pasado domingo, el periódico Reforma publicó en su primera plana que el Narcotráfico le estaba ganando la lucha a Calderón. Como si él pudiera con el paquete. No dudo que su entusiasmo lo impulse a querer asumir estas responsabilidades, pero solo no puede acabar con este tema.

La editorial de The New york Times del día de ayer concluye con lo siguiente: «Estados Unidos tiene un claro interés y una clara obligación de ayudar. Estados Unidos es el principal consumidor de metanfetaminas producidas en laboratorios mexicanos y de la cocaína que atraviesa México procedente de los Andes. Es también la fuente de armas para narcotraficantes.»

También ayer la Comisión Permanente del Congreso de la Unión de nuestro país, a través del senador perredista José Guadarrama, señaló que: «Nuestra posición, es que ya la Iniciativa Mérida hay que darle cristiana sepultura; ya hay que erradicar esta Iniciativa Mérida. Y lo que necesitamos es otro tipo de acuerdos con los Estados Unidos, por ejemplo, llegar un acuerdo sobre el tráfico de armas que pasa por la frontera mexicana de Estados Unidos a México».

Hace varios años la Revista Letras Libres dedicó su publicación mensual al narcotráfico. Recuerdo que uno de los artículos comparó a la «Ley Seca» aplicada en Estados Unidos durante las décadas de los 20s y 30s con las leyes prohibitivas existentes. Y resaltaba el profundo fracaso de detener el consumo de alcohol y la consecuente venta clandestina de tan apreciado líquido. La conclusión era -como podía adivinarse- que la única manera de erradicar a la delincuencia relacionada con el narco es legalizar la droga. El antídoto busca eliminar el mercado negro, no disminuir el consumo. Atender la oferta primero y ocuparse de la demanda después.

¿Qué tenemos que hacer? Buscar ayuda genuina. Del lado de la demanda, la batalla está en las familias mexicanas. Tenemos que cerrar filas entre nuestros amigos y conocidos para evitar que la droga llegue a los niños. Tengo un niño de seis años. Mi interés es enorme. No me llevo y nunca me he llevado con consumidores de narcóticos. No empezaré ahora, ¿verdad?

Del lado de la oferta la tarea es del gobierno federal. Claramente. Y tiene que buscar ayuda con Estados Unidos. En recursos económicos, sí, pero también exigirle que muestre un plan serio de lucha contra la prevención de uso. Tampoco se debe descartar la legalización de ciertos enervantes. Sin meternos mucho (pues no soy especialista) se podría empezar con la marihuana. El tema es polémico, pero se deben explorar todas las opciones.

Estamos contra la pared. Hay un narcotraficante muy cerca de cada uno de nosotros. No los perdamos de vista, pues están dispuestos a todo para arruinar nuestras vidas: buscarán meterse por la parte más vulnerable de nuestra sociedad: los niños. Hay que ayudarnos como sociedad para evitar el consumo. Con eso, cumplimos con nuestra parte. Por cierto que esta parte es la misma que le corresponde a la sociedad estadounidense. ¿Estarán concientes que necesitan más ayuda que nosotros?