Jueves ordinario: cómo reconocer a un asesor incompetente

A partir de la siguiente semana, estaré contribuyendo cada lunes con  artículos en un blog especializado en Pequeñas y Medianas Empresas: será mi Lunes de PyMEs. El blog se llama y encuentra en Living La Vida PyMEs.

Esta semana, compartiré de manera anticipada mi contribución con un par de modificaciones, principalmente en la imagen y en las conclusiones.

 

Pedir la ayuda de un asesor o consultor no solamente es común en las PyMEs, sino también necesario. Existen temas que pueden resolverse con mayor efectividad con la intervención de un tercero, ya sea por su especialización en el tema, ya sea por su imparcialidad al diagnosticar y recomendar soluciones.

Por ello, en el mercado empresarial abundan asesores o consultores dispuestos a «ayudar» a las PyMEs. En internet, por ejemplo, las ofertas por estos servicios son vastas. El punto fino radica en elegir acertadamente a la persona que efectivamente podrá ayudar a tu Negocio para conseguir los resultados que estás buscando.

Para evitar que te sorprendan, hay que estar atentos y reconocer algunos personajes que representan a los asesores indeseables o incompetentes. Revisemos algunos ejemplos:

  1. El Charlatán: habla mucho y escucha poco. Tiene más respuestas que preguntas y querrá venderte la idea o el modelo en boga. Lo menos que le interesa son los problemas o necesidades de tu Negocio.
  2. El Conceptual: antepone las ideas sobre la acción. Tiene gran habilidad en el manejo del Power Point, pero sus propuestas son poco aplicables a la realidad. Habla del qué pero nunca del cómo ni del cuándo.
  3. El Académico: puede ser un investigador o un profesor de tiempo completo sin experiencia en el mundo real. Su currículo escolar es vasto e incluso ha publicado sus investigaciones. No conoce la realidad de las PyMEs y trata de aplicar soluciones de libro de texto.
  4. El Metódico: habla un lenguaje muy técnico. Insiste en hacerte entender cuál es su manera de trabajar. Explica la metodología que utiliza, pero nunca dice qué resultados o beneficios tendrá tu Negocio.
  5. El Improvisado: recientemente perdió su empleo o acaba de titularse. Ofrece servicios muy especializados, por ejemplo, cómo construir un FODA, cómo aplicar una reingeniería o una metodología de lanzamiento de nuevos productos. No le importa si requieres o no de sus servicios, quiere venderlos a toda costa.
  6. El Mago: la tarifa de sus servicios es barato en comparación con los beneficios prometidos. La pregunta natural que surge es ¿por qué cobra tan poco si da tanto? Su respuesta es que él tiene una fórmula mágica y secreta. Cuidado con estos personajes, pues no existen fórmulas automáticas para resolver problemas ni para hacer dinero.
  7. El Coyote: ofrece caminos extremadamente fáciles para conseguir  algún permiso o licencia de gobierno o para tramitar y obtener un crédito. Mucho cuidado con estas personas, pues la mayor parte de las veces están violando la ley y se aprovechan de tu buena voluntad para meterte en un círculo de corrupción. Además hay que denunciarlos.
  8. El Irresponsable: es el más común de todos. No es capaz de responder a sus compromisos: llega tarde a las citas, las entregas son a destiempo, el trabajo final es muy diferente al acordado y –lo peor- es que su descaro es deslumbrante. Ciérrale la puerta de inmediato, antes de que te haga perder tiempo y dinero.

Cabe señalar que los personajes pueden tener personalidades múltiples y presentar estas características combinadas.

Por otro lado, un asesor o consultor efectivo presenta cuando menos las siguientes características:

  1. Entiende oportunamente los retos de tu Negocio. Sabe diagnosticar y escuchar.
  2. Define con claridad las necesidades y/o problemas. Se distingue por su capacidad de síntesis y sabe adaptar la teoría a la realidad de tu negocio.
  3. Sus recomendaciones incluyen el detalle del plan de acción. Describe el cómo y el cuándo, considerando las capacidades reales del negocio y de tus empleados.
  4. Se comunica con un lenguaje sencillo y directo, describiendo claramente los beneficios esperados para tu negocio.
  5. Se compromete con los resultados. Su responsabilidad termina hasta que las soluciones se ejecutan.
  6. Su intervención es perdurable. Las soluciones que implanta tienen impactos positivos en el mediano y largo plazos, tanto en los resultados como en las personas.

Seleccionar a un asesor o consultor no es una cuestión menor, hay que asegurarse de que está comprometido con tus retos y tiene la capacidad para ayudarte a conseguirlos. Por ello, es recomendable además de revisar varias opciones y comparar las propuestas (y personalidades), pedirle referencias de sus clientes y hablar con ellos para validar que quedaron satisfechos.

Por último, la Secretaría de Economía ha lanzado, a través del programa México Emprende, una iniciativa para dar capacitación y asesoría a las PyMEs. Los servicios son gratuitos y los temas son principalmente de Ventas, Finanzas y Producción. Hay que acercarse para ver cómo funcionan y validar que están diseñados con una lógica de acción empresarial y no de relación política. Una de las grandes deficiencias de nuestro país está en la falta de competencia de las PyMEs mexicanas y sólo creando redes de apoyo, tanto entre la iniciativa privada, como con el sector público podremos mejorar las posibilidades de nuestro país.