Jueves ordinario: la lectura y nuestra responsabilidad con ella


portadaesp_2009-09

Existe un consenso generalizado en nuestra sociedad de que somos un pueblo que lee muy poco. Se calcula que los mexicanos leemos medio libro al año y lo lamentable es que este dato podría estar inflado, pues se consideran libros de texto. También existe un consenso de que la lectura además de enaltecer el espíritu, es un factor fundamental en el desarrollo de los países en general y de los grupos sociales en particular.

Es decir, la lectura es un requisito para que económicamente nos vaya mejor. Así de claro, sin embargo no tan directo, pues el beneficio no es inmediato. No sucede que si empiezas a leer dos libros al mes, en automático ganarás un 20% más en el siguiente año; no, no es así, pero sí es muy probable que esos dos libros van a ayudarte a ampliar tu conciencia de las cosas que suceden a tu alrededor, incluida tu familia, tus hijos y el entorno laboral, por señalar algunos. La lectura nos ayuda a procesar nuestros pensamientos de maneras diversas, lo que permite desarrollar una afición por la objetividad y por el contraste de ideas bajo escrutinios más estrictos. ¡Ah!, se me olvidaba, la lectura también es muy divertida, entretiene en el momento y significa un reto personal; pero quedémonos en este parrafo con este último argumento: la lectura divierte.

Hace unos meses me quejaba de que la responsabilidad de nuestra falta de lectores no era sólo de los ciudadanos comunes, sino también de los escritores, pues la mayoría de sus producciones estaban dirigidas a un pequeño grupo elitista, ignorando abiertamente a la sociedad y al mismo tiempo culpándola (esos escritores mexicanos altaneros y sobrados casi siempre) de no comprar sus libros. «¿Por qué habría de comprar y leer un libro si su contenido tiene muy poco que ver conmigo?», reflexionaba cuando acabé de leer un libro de cuentos de Juan Villoro.

Pues bien. Que este mes la revista Letras Libres ha publicado la autobiografía de cuatro jóvenes escritores mexicanos, de entre treinta y cuarenta años. He quedado maravillado con la lectura de las dos primeras; la tercera está chistosa. No haré reseña de ellas, sólo las recomiendo ampliamente, pues quiero compartirles que el sentimiento que me ha provocado ha sido de una identificación completa: por fin estoy leyendo los pensamientos de mi generación en palabras de otros de mi generación. No veo desesperanza en su visión y mas bien detecto un sentido del humor muy particular: no es el sarcasmo ni la amargura de los intelecualoides izquierdosos de la generación anterior. No, es un humor preciso, que identifica nuestros males, pero de ninguna manera se refugia en los sueños utópicos del socialismo y el marxismo. Por fin: me entusiasma ver que escritores mexicanos sí va a haber para rato, pues ya se están gestando y construyendo los primeros puentes de comunicación con la sociedad. Por fin.

De este lado nos corresponde la reciprocidad. Despierta al lector que tienes dentro de ti. No lo dejes para después: ahora es cuando hay que leer. Nosotros estamos formando a la siguiente generación, ésa que sacará a nuestro país del subdesarrollo. Pero tenemos que formarlos bien, educarlos con el ejemplo al acostumbrarlos a vernos leer. Y comprarles libros (hay miles excelentes para niños) para leer juntos, en familia. Y soñar, comentar, escuchar, escuchar. Otro beneficio de la lectura es que nos alecciona en la escucha y en la reflexión. Así, en intercambiar puntos de vista con fundamentos y enriquecer los diálogos. Regresando. Tenemos que leer: si no desarrollaste el hábito de niño o te cuesta trabajo concentrarte no es pretexto para no interntarlo y logralo. Hay libros casi de todo, por lo que sí es importante que en tu lista selecciones aunque sea un 20% de libros más o menos serios y que te representen un reto. El 80% restante puede ser de novelas o cuentos ligeros; de negocios o incluso de fantasías sobre complots y superhéroes. Da igual, lo importante, lo urgente para nuestra sociedad, es que empecemos a leer.

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Nota al margen:

Estos son los autores y los títulos de sus autobiografías. Son cuartro mexicanos,  una cubana y un español.

  1. Julían Herbert: Mamá leucemia
  2. Guadalupe Nettel: El cuerpo en el que nací
  3. Luis Felipe Fabre: Autobiografía trasvesti o mi vida como Dorothy
  4. Yoanni Sánchez: Historia de una balsera virtual
  5. María Rivera: Varaciones para una autobiografía
  6. Jorge Carrión: Bookmarks

Anexo el link de la versión en internet de Letras Libres.

8 respuestas

  1. Hace muchos años vi un póster en la librería de Cristal de Oaxaca, en el cual aparecía un pequeño asnito recargado en una cerca de madera diciendo:

    «Si no leo me aburro»

    En cuanto llegue a México en unos tres meses compraré estos libros que suguieres, y en unos añs mas, espero estar comprando uno que diga en su portada:

    por Rafel Frias

  2. Con la lectura del el mes de septiembre de Letras Libres me pasó lo mismo que a ti, una mezcla entre – ese soy yo – a ese lo conozco – o se parece a fulano… (todos de nuestra generación)..

    No comparto contigo el concepto de 20-80… hay muchas cosas buenas para leer y poco tiempo, yo soy de la opinión de sólo leer lo que valga la pena ser leído (el problema es decidir qué). Admito con tristesa que últimamente leo muy poco comparado con lo que leía de estudiante (entre el trabajo y la familia no quedan muchos ratos libres).

    Yo me propuse leer al menos un libro de cada uno de ellos, vamos a ver si sus obras son buenas como sus autobiografías…

    Te mando un abrazo

  3. Hola tocayo,

    Ayer que iba en el metro (aqui lo llaman C-Train) iba leyendo el libro «Good to Great» y hay un capitulo en el que el autor habla sobre los grandes hombres que han llegado ahi a traves del uso irrestricto de la informacion dispobible, sea cual sea.

    Esto me ha dejado pensando (hare un articulo en mi blog al respecto) sobre la importancia de tener a la mano elementos de lectura e informacion que nos permitan tomar mejores y mas precisas decisiones.

    Particularmente me llamo la atencion que menciona al Almirante Jim Stockdale, quien fue el prisionero de mayor rango del ejercito estadounidense detenido en Hanoi durante la guerra con Vietnam. El desarrollo un sistema de informacion que solo se podia transmitir a traves de sonidos y de cartas escritas a su esposa. A traves de los sonidos, como buen marinero, uso las claves Morse, alientaba a los prisioneros mientras eran torturados.

    Una cosa que dijo es que los optimistas nunca sobreviven la prision ya que en lugar de confrontar los hechos, sea cuales sean, viven imaginando que saldran en Navidad, y llega Navidad y nada y luego Pascua y nada, hasta que finalmente pierden la battalla. (Esto tambien sirve para que los mexicanos abran los ojos y confronten la realidad y tomen medidas para salir adelante). Esto me llevo a adentrarme un poco en su vida y darme cuenta lo valioso que fue la lectura en su vida durante sus anos de infancia y formacion en la academia.

    Concuerdo contigo en la necesidad de la lectura de calidad en Mexico. Estoy de acuerdo con Gabriel acerca del concepto 80-20. Si,la lectura debe ayudarte a despertar la imaginacion y desarrollar habilidades, pero al final del dia, la realidad en Mexico es que la gente lee las historias de Sandokan y otras mas que lejos de servir, perjudican al pueblo que es, quien debe culturizarse para salir del letargo que tanto dano le hace a Mexico.

    Un abrazo,

    Rafael Baston

  4. Agradezco tus palabras Noé. Ese asnito sí sabía cómo mejorar.

    Un abrazo.

  5. Sí fue revelador leer las autobiografías de estos escritores de nuestra generación, Gabriel.

    Lo del 80-20 lo pongo como una referencia y sobretodo me parece que es de índole situacional.
    – Los principiantes deben divertirse al leer antes que nada, para que el interés se estimule y con él la voluntad para aventurarse con lecturas más complejas.
    – Lectores avanzados deben ser más escrupluosos en su selección, pues -como señalas- no hay tiempo que alcance para leer todos las grandes obras existentes.
    *Un cálculo de grandes números arroja que en toda nuestra vida podríamos leer alrededor 1,200 libros (20 al año por 60 años de lectura activa). Diariamente se publican en todo el mundo más que esos 1,200.

    Dado que la mayoría de los lectores en México entrarían en la escala de «principiantes», considero que el 80-20 no es una mala fórmula para empezar.

    Saludos.

  6. Gracias por compartir Rafa.

    Necesitamos muchos hombres como James Bond Stockdale aquí en México; lectores desde niños, con disciplina asumida y gran valentía para enfrentar situaciones adversas. Su biografía en el siguiente link.

    Del 80-20 me parece que es situacional (como señalo en el comentario anterior). Al hablar de novelas no me refería a literatura chatarra, sino ligera y divertida.

    Cabe señalar que también (y sobretodo) tiene que ver con intereses individuales, pues es muy posible que un aficionado a la filosofía lea obras muy abstractas y difíciles de digerir para alguien -por ejemplo- que se ha estado especializando en historia universal o en tecnología de la información. Este tema da para mucho y seguro lo seguiremos contrastando.

    Un abrazo.

  7. excelente!!!!

  8. Gracias nuevamente por la suscripción a esta revista que tanto disfruto, Rubén.

    Un abrazo y sigamos leyendo para poder seguir discutiendo … y aprendiendo.

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